De las identificaciones físico-digitales a las virtuales
Berlin,18 Mayo 2022 - El futuro de los documentos soberanos, como las tarjetas de identidad, los pasaportes y las licencias de conducir, es el formato virtual. Sin embargo, aún hay que superar algunas dificultades claves para llegar ahí, y los documentos de identidad seguirán siendo «físico-digitales» por ahora, explica Veridos.
Las tarjetas de identidad, los pasaportes y las licencias de conducir cada vez son más "físico-digitales" en gran parte del mundo. Esto significa que componentes físicos y digitales se combinan con documentos que contienen chips electrónicos que almacenan datos identificativos de sus titulares. A diferencia de los documentos exclusivamente físicos, las identificaciones físico-digitales implican una ventaja clave: los datos que demuestran la identidad de cada ciudadano pueden transferirse a plataformas digitales sin fricción. Por lo tanto, resultan indispensables para que los procesos de gobierno electrónico sean eficientes.
A fin de hacer avanzar estos procesos, el siguiente paso lógico es fomentar la digitalización de las identificaciones; es decir, su virtualización para dispositivos móviles, como teléfonos inteligentes y tabletas. No obstante, para llegar a ese punto, los Estados, los organismos internacionales y los proveedores de sistemas tienen que superar diversas dificultades. Veridos explica las más importantes:
- Desarrollar nuevas soluciones de seguridad. Las identificaciones físico-digitales contienen numerosos elementos de seguridad física, como una superficie con relieve al tacto, retratos holográficos o marcas de agua. En el caso de los documentos virtuales, esas características se pasan por alto, lo que deja un vacío que debe resolverse mediante nuevas soluciones de seguridad.
- Generar infraestructuras estatales más amplias. A fin de virtualizar los documentos de manera efectiva, los Estados deben completar las infraestructuras de tecnología de la información (TI) en todo el territorio del país, lo que incluye sistemas para el procesamiento de alto rendimiento de cantidades enormes de datos. Dichos sistemas resultan imprescindibles, por ejemplo, para la autenticación transfronteriza de identificaciones virtuales, es decir, cuando un ciudadano hace un viaje internacional, o soluciones móviles que permitan a los ciudadanos utilizar sus identificaciones virtuales para servicios digitales de una forma legalmente segura.
- Definir normas internacionales. Se necesitan normas internacionales para facilitar el uso transfronterizo de las identificaciones virtuales. Organizaciones como la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI), un organismo especializado de las Naciones Unidas, ya están trabajando en las especificaciones para la armonización y normalización de dichas identificaciones.
- Idear conceptos para la soberanía de los datos de los ciudadanos. Un factor clave para la aceptación de las identificaciones virtuales por parte de los ciudadanos será el manejo de sus datos. Las autoridades nacionales deben idear soluciones que otorguen a los ciudadanos la soberanía sobre sus datos; por ejemplo, permitiéndoles decidir caso por caso qué información desean dar a conocer. Tales conceptos pueden hacerse realidad mediante la descentralización de las identificaciones.
- Diseñar sistemas de uso sencillo. Además de los documentos mismos, la meta también es digitalizar los procesos asociados a la solicitud y la emisión del modo más sistemático posible. Dado que los ciudadanos por lo general necesitan nuevos documentos de identidad en el plazo de varios años, con frecuencia no se familiarizan con los sistemas digitales. Por consiguiente, estos sistemas deben ser de un uso lo más intuitivo posible.
"El futuro de las identificaciones será más y más virtual; no cabe duda acerca de ello", explica Marc-Julian Siewert, director general (CEO) de Veridos. "Incluso habrá algunas situaciones atípicas, en especial los países que aún no cuentan con identificaciones físico-digitales, que simplemente pasarán por alto este paso. Pero en la mayor parte del mundo aún habrá identificaciones físico-digitales durante los próximos diez años. Los países necesitan una gran paciencia para dar el paso siguiente hacia los documentos completamente digitalizados, aunque valdrá la pena. Después de todo, podrán llevar la comunicación entre Estado y ciudadanos y, en consecuencia, la eficiencia de la administración pública, a todo un nuevo nivel.